domingo, 30 de abril de 2017

La cita

La mano con las falanges desnudas se aferró al zapato que deseaba proseguir su marcha.
Se aferró con fuerza, con determinación, sin dejarlo avanzar.
El zapato confundido se detuvo, no entendía las razones de tal proceder.
La mano huesuda, aflojó el contacto, respiró aliviada. Pausadamente se dejó resbalar hasta el piso y allí se desintegró por completo, quedando en el suelo sólo cenizas y un lazo rojo que timidamente sonreía.
El zapato suspiró también, sacudió el polvo de su patente superficie y prosiguió su camino, una Cenicienta lo esperaba.









viernes, 28 de abril de 2017

Perdido

Perdido en medio de los colores, el gato se detuvo pensativo, maulló lastimosamente, dio la vuelta y emprendió el camino de regreso.
A su paso iba dejando tonos de gris, rosa, verde y negro, todos colores del cuadro en donde sin querer e impulsado por su natural curiosidad había quedado atrapado.


domingo, 23 de abril de 2017

La flor del libro

Cuando la flor decidió descansar, escogió un libro para hacerlo. Buscó y buscó entre todos los libros que se hallaban en la biblioteca y finalmente, consiguió uno con el que se identificó. Lo abrió y en una de sus páginas se posó silenciosamente, inadvertidamente, tímidamente, dejando que la luz de la mañana acariciara con sus pálidos rayos sus pétalos de tela.

(En el día del libro).


sábado, 22 de abril de 2017

Descolgado

El sol se descolgó del cielo y cansado de brillar, se fue apagando entre destellos rojizos, cálidos, dulces, que dejaban en el ambiente un olor a vainilla que embargaba todo.

sábado, 15 de abril de 2017

Prisión

La prisión puede ser un espacio abierto, lleno de aire, un espacio libre, donde el cuerpo puede moverse, ir y venir, andar, descansar. La prisión puede ser mental, pensamientos encerrados en jaulas de inconsciencia, entre rejas de ceguera, donde apenas del otro lado, se puede ver a una flor que sencilla y simple nace a la vida.

miércoles, 12 de abril de 2017

El último viaje

En la última etapa de su viaje,
la rosa comenzando a marchitarse,
esperó muy quieta la caída,
de cada uno de sus pétalos.

martes, 11 de abril de 2017

viernes, 17 de marzo de 2017

Vuelo

Las tres sonrieron cerrando los ojos.
En su mundo de madera, los pensamientos semejaban hermosas
mariposas que, desplegando sus alas, volaron a través de la ventana.


lunes, 13 de marzo de 2017

Padre


Desde el lejano imposible donde moran las almas, 
bajas cada día adornado de letras, 
de pensamientos dulces bañados de miel, 
de cantos de aves azules,
pleno de amor,
de luz,
de vida.


jueves, 9 de marzo de 2017

viernes, 3 de marzo de 2017

Camino

El camino se hizo largo, de pasos cortos y cansados, de memorias fatigadas, de pensamientos 
que volando se perdieron en el tiempo.


miércoles, 1 de marzo de 2017

Consuelo

¿Qué decir de los días,
de las noches,
de las horas,
que confundidas,
se unen,
se abrazan
se consuelan?


lunes, 20 de febrero de 2017

lunes, 9 de enero de 2017

Existencia

Busco un lugar que no existe,  cuando miro hacia atrás ya no encuentro lo que un día dejé. Situaciones, personas, cosas, afectos, todo cambia, todo se transmuta, todo desaparece o se transforma. Las circunstancias son tan imprevisibles, no sabemos dónde estaremos mañana y ni siquiera si estaremos. La añoranza es algo que me invade de tanto en tanto, añoro lo que tuve (afectos y presencias) y ahora cuando miro por la ventana veo un paisaje frío, helado, apagado como la vida que me rodea, como todo lo que ahora representa mi entorno. 
Puedo pasar horas mirando por la ventana,  capturando el momento en que un ave se posa sobre una rama o cuando una gota se congela sobre el tubo de la ventana.Y quizá si hubiera decidido diferente, tiempo atrás, estaría a lo mejor mirando la vida desde otra perspectiva, que ahora por conocer el futuro, sé que sería peor. De allí que digan que lo que pasa es porque nos conviene, lo que pasa y lo que decidimos, sin embargo, hay cosas que nos pasan que no dependen de nosotros sino de los que nos rodean, como cuando nos asaltan, matan, roban, nuestra vida no está sólo en nuestras decisiones sino en la de los demás y en su estabilidad mental, también.
Al final somos como una presa de caza en medio de la jungla. Saber defendernos y escondernos de los depredadores cuando sea necesario, siempre es útil. 
Saber decidir correctamente es imperativo, pero lo difícil es saber y estar seguros de que la decisión  tomada es la correcta. 
A veces siento que somos como peones en un tablero de ajedrez, creemos que nos movemos solos, pero pareciera que hay manos invisibles que nos mueven, manos que no vemos y que desde otros planos o universos se divierten viéndonos evolucionar o involucionar con nuestros aciertos o desaciertos.



viernes, 6 de enero de 2017

Personas y disfraces

De las personas que he encontrado a lo largo de mi vida he aprendido siempre algo. Las experiencias han sido algunas muy desoladoras y otras muy gratificantes.

De las que más he aprendido ha sido de las desoladoras, me han ayudado a conocer al ser humano, a entender la naturaleza individual de cada quien y sobre todo a saber de quiénes debo alejarme, esto último ha sido muy importante.

Me ha alegrado mucho saber que alguien me extraña cuando no me ve, no sabe de  mí o no me lee. Eso me demuestra el aprecio que me tiene esa persona, y son tan pocas las que lo han hecho, sin embargo, me siento afortunada de que esas pocas me aprecien, podría no haber ninguna.
También me ha agradado descubrir a quiénes no le importo como ser humano, amiga o compañera. Me ha servido mucho descubrirlo, es como si me hubieran quitado una venda de los ojos.
Suele pasar que vamos por la vida cegados, muchas veces vemos creyendo que vemos, pero no vemos la realidad sino los disfraces que la realidad usa para engañarnos.

Y es tan hábil esa realidad con el engaño, que creemos que realmente es su verdadero rostro, abrimos nuestra alma y dejamos que anide adentro, hasta que decide quitarse la máscara, y es entonces cuando sentimos el agudo puñal en el centro del corazón.

Desde que he aprendido a cerrar la puerta de mi alma, me siento mucho mejor. Suelo volar de noche lejos, me cobijo en paisajes perdidos, en otras dimensiones y planos, busco el cariño de mis seres amados, esos que han partido, mi padre, mi abuela, mi tía, con ellos paso horas de largas conversaciones, siento el calor, el afecto, el amor perenne que nunca ha muerto.

Al amanecer emprendo el regreso, me detengo sobre cualquier rama de un árbol sin hojas, un árbol que acaricia el viento invernal, y desde allí, tomo aire, respiro profundo y me dispongo a despertar.




miércoles, 4 de enero de 2017

Aprender a florecer

No es algo sencillo aprender a fluir con lo que la vida nos va dando. Parece trillado repetir que todo son lecciones, pero así es. De todo lo que nos pasa en la vida aprendemos.
Podemos creer que ya lo hemos aprendido todo, sólo porque tenemos cierta edad avanzada y porque hemos vivido diversas experiencias. La edad y las experiencias vividas no impiden que sigamos aprendiendo.
Fluir nos permite soltar. Dejar que lo que venga, llegue sin oponer resistencia. Si es malo, pasará y si es bueno se quedará, pero de cualquier modo, ambos procesos nos dejarán aprendizajes.
Y de todos los aprendizajes se crece y se florece.



lunes, 2 de enero de 2017

Ausencias

Sentido que se ha perdido en tu mirada,
en esa que se quedó suspendida años atrás,
que se escondió entre montañas andinas, 
que se fugó entre brumas.

No hay tiempo que pase

cuando tú eres las horas y los minutos,
no hay lira que escriba lo que arrastra
la pluma comprometida en una palabra.

Detenido estás en un momento mágico,

en un instante del pasado, en un recuerdo,
memorias viejas, amarillas,
espíritus, fantasmas, ausencias del alma.



Fantasía &Realidad

Ya pasó la Navidad y comenzó un nuevo año. Finalmente, me dije, volvemos a la realidad. La fantasía es bonita pero no por mucho tiempo, cuando satura, cansa, al menos a mí.
Pienso en mi papá que ya hace 5 años y casi 4 meses que no está. ¿Y qué son 5 años y 4 meses? Sólo tiempo. Y es en el tiempo donde se condensan todos los recuerdos, en el corazón se almacenan y somos afortunados de poder ir, de tanto en tanto, a ese lugar y buscarlos.
Ahora lo hago. En esta mañana de enero, nevada y blanca, he bajado a mi corazón a buscar mis recuerdos. En un rincón encontré la sonrisa de mi papá, amplia y grande, alegre, de pronto se abrieron sus labios y comenzó a cantar una canción que recuerdo haberle escuchado cantar desde niña: " Para subir al cielo, para subir al cielo se necesita una escalera grande y una chiquita y arriba, arriba iré, arriba iré, arriba iré". Y ahora, ya está en el cielo de la canción, o quizá esté dando vueltas alrededor del sol, o de noche se sienta sobre la luna a contemplar la tierra.
¡Quién sabe! Era tan alegre, tan descomplicado, tan simple, mi padre.
Vuelvo a guardar su sonrisa y busco sus ojos, allí están, mirándome, con ese color marroncito de caña clara, parecían sonreír en la mañana cuando al mirar los altos árboles de mango, veía venir a las aves que gustosas comían los trozos de frutas que él les dejaba. Ahora veo su boca que se abre y dice: " Y el pequeñito de pecho gris y alas azul turquesa es un Azulejo, el de pecho verde esmeralda y alas azul intenso es un Tucusito, el de pecho amarillo y alas marrones es un Cristofué."
Oh, Padre, ¡Qué recuerdos!
Mi padre sonríe y me mira con sus ojos color caña clara. Allí está su pelo, finito, liso y blanco como la nieve que esta mañana ha caído sobre Bélgica, y que adorna el jardín que veo desde mi ventana, será por eso que he bajado a mi corazón a buscar sus recuerdos.
Su pelo suave como el de un bebé, que se peinaba hacia adelante para tapar un poco su incipiente calvicie, el pelo que llevo ahora yo, mis canas, blancas como las suyas, amo a mis canas porque en ellas llevo a mi padre, un pedacito de su genética.
Me siento un rato en un rincón de mi corazón, me quedó mirando a la válvula mitral, veo cómo va regulando el flujo de sangre, de esa sangre que también es la de mi padre, mis ojos se quedan allí fijos viendo pasar la sangre, no sé cuánto tiempo.
Cuando me doy cuenta ya se ha hecho tarde, guardo todos los recuerdos y salgo de mi corazón.
Me quedo mirando por la ventana, afuera la alta torre de agua, imponente, me mira destacándose contra el cielo, la nieve blanca, la neblina, todo me parece ahora una fantasía.
La realidad se quedó en mi corazón, allí abajo en el centro de mi pecho, allí donde reposa mi padre, donde sus ojos, su boca, su sonrisa y su pelo duermen un largo sueño de invierno.