miércoles, 30 de noviembre de 2016

Un rayo de luna

La casa  solitaria luce cansada,
han pasado los meses del hastío,
meses de ausencia infinita, 
meses de bienvenidas y despedidas.

Sobre la mesita de la sala,

reposan las cenizas, 
esas cenizas que velan la casa.
De noche un rayo de luna
entra por la ventana y 
alumbra la tapa de la caja.

Afuera se mecen con el viento 

altos árboles de mango,
hojas se desprenden y caen,
llenando el suelo de memorias viejas.

A veces me paseo por la casa, en sueños,

creo que puedo sentarme a contemplar
la luna, redonda, de plata, Señora Luna,
que orgullosa sobre la casa se posa.

La casa está abatida,

espera su final, el de su vida,
desde que la pueblan ignotos fantasmas,
ha enlutado su alma.

Abro los ojos y regreso, 

el sueño ha sido largo y denso,
en mis cabellos blancos,
he traído pegado,
un rayo de luna.



lunes, 21 de noviembre de 2016

Escribir y fluir

Cuando abrí este blog lo hice para poder ir dejando salir todos esos sentimientos y emociones que embargan mi alma. Para poder plasmar lo que pasa por mi cabeza, por mis sentidos, por mi corazón. También como una terapia para relajar mi ser. Escribir es algo que todos deberíamos probar a hacer.
Abrir el alma y dejar salir un poco de eso que llevamos por dentro y que es bueno que fluya.
Cada uno de nosotros puede escribir lo que siente. No hay que ser poeta, escritor o un erudito para poder plasmar los sentimientos.

Pareciera que es eso lo que nos han transmitido: "Si no eres un poeta no puedes escribir un poema", o "Si no eres un escritor no puedes escribir un libro". Y yo pregunto: ¿Acaso todos nacen aprendidos? o ¿vamos aprendiendo experimentando y haciendo por ensayo y error?
Yo creo que todos somos capaces de escribir lo que nos dicta el corazón. Y no debemos avergonzarnos de escribir lo que sentimos.

Hay mucha vanidad y pretensión a nuestro alrededor y poca humildad.

Todos somos seres únicos e individuales y lo que hace uno, no lo hace el otro y viceversa. Todos tenemos nuestros talentos innatos y nadie tiene derecho a despreciar lo que escribimos, si así ocurriera, eso sólo denotaría la bajeza de alma de quien lo hace.
Personas de "almas bajas" las vamos a encontrar siempre a lo largo de nuestras vidas. Debemos remontar nuestro vuelo sobre ellas, dejar el nido, abrir las alas y volar sin miedo. Aprender en el camino, de los errores, de las experiencias, ir mejorando poco a poco, pero eso, sólo si nos atrevemos a volar, a escribir y a dejar fluir lo que nuestra alma nos dicta.

No debemos bajar nunca la cabeza ni hacer caso a las críticas destructivas, que las habrá. Recordemos que lo más importante no es ser famoso ni reconocido sino sentirnos satisfechos y felices con lo que hacemos, así los únicos que nos lean sean las personas que nos quieren y aprecian.

Y esto es con todo en la vida, con lo que deseamos escribir, con lo que hacemos, con cualquier cosa que deseamos crear o inventar, siempre vamos a conseguir al vanidoso, al envidioso, al egoísta, al sabiondo, al depredador, al acomplejado con sentimiento de superioridad, etc; pero también conseguiremos a personas que nos darán ánimo, aliento, que nos apoyarán y nos valorarán, y eso hará una balanza que conllevará a un equilibrio.

Mi consejo respecto a los depredadores literarios, es ignorarlos. Apartarlos de nuestro camino y de nuestra vida, borrarlos y quedarnos con los que valoran nuestro talento y nos aprecian de verdad. La vida nos dará muchas batallas que luchar, podremos perder algunas y ganar otras pero lo importante es nunca dejar de luchar por lo que deseamos lograr.

Yo siempre animo a mis amigos a que escriban, a que se atrevan, a que plasmen en papel sus sentimientos, emociones, sus historias, que den rienda suelta a su fantasía, a su creatividad. El saber leer y escribir es un don maravilloso, que debemos aprender a valorar y hacer que nuestros hijos lo valoren también.

Comiencen escribiendo lo que sienten, abran un blog, plasmen sus escritos, sus pensamientos, sus fotos, sus recuerdos, lo que ustedes quieran o escriban en su muro de FB, hagan "Notas", dejen salir de su alma los recuerdos y los sentimientos, fluyan con la vida, con las letras, fluyan con el deseo de volar, de dejar el nido, el miedo, sean ustedes y sean ustedes orgullosos, seguros y libres.

No miren atrás, no miren a los lados, miren de frente, comiencen, dejen que sus letras los representen, que queden "in memoriam" para cuando hayan partido, para sus hijos, sus nietos, sus amigos, para que el alma que los anima siga viva aún después de que ya no estén en este plano.

Escribir y fluir es un derecho de todos, es el derecho de ser, de crear y de transmitir con amor, verdad y corazón lo que somos y sentimos.





martes, 15 de noviembre de 2016

Realidades

Sueños que fabricamos día a día,
la vida en blanco y negro,
momentos que pasan y no vuelven.

Las sonrisas cayeron sobre la sopa,
se disolvieron junto a las lágrimas.
Ahora comemos sonrisas de letras
que forman palabras.

Sueños de sonrisas,
esperanzas de letras,
acertijos sin solución,
el plato vacío.

Realidades que se levantan,
altas, inmensas, tocando el cielo,
donde los sueños anidan
y esperan ser bajados.



domingo, 13 de noviembre de 2016

Nocturno de luna


La bella luna
de este 13 de noviembre,
se  ha vestido de plata,
y ha salido a pasear.

Hermosa y redonda,
pálida y resplandeciente a la vez,
sonriendo mira al mundo,
desde la noche oscura.

¿A dónde vas tan hermosa?
¿Vas hasta el río a peinarte el cabello?

La luna calla y pasa,
esconde su mirada detrás de las nubes
que por momentos la tapan,
se ruboriza, se sonroja.

Las horas siguen su curso,
sobre el río la luna brilla,
en el agua, los peces beben su luz,
su belleza se duerme.





jueves, 10 de noviembre de 2016

Tu recuerdo

La luz se quedó en tus ojos,
en esos de niño, de ángel,
en las manos que jugaron
con los soldaditos de plomo.

La sonrisa se desparramó sobre el Ávila,
resbalando por sus laderas,
se cobijó sobre los techos rojos,
y se durmió en el  duro concreto.

Vas así rodando,
rápido, lento, a veces solo,
a veces triste, a veces
sin saber qué camino te espera.

Del otro lado del mar,
mis ojos te siguen,
también mi corazón,
mi alma se duerme cerca de la tuya.

Y en cada paseo que doy,
en cada mañana de lluvia que veo,
en cada racimo de hojas rojas
está tu recuerdo.







Diurno de otoño - Primero.

Pensar en la vida que es y no es,
mientras todo sigue como si nada fuera real
ni importara.
Se olvida lo esencial por lo mundano,
lo material se hace dueño y señor,
se apodera de todo lo que no tiene esencia.

El alma lucha para continuar siendo,
para permanecer incólume, pura.
En la batalla se siente a veces perdida,
desorientada, cansada.

No pertenecer al  mundo y seguir en él,
los espacios no significan nada,
no tienen luz, las sombras todo lo cubren,
se pavonean de día, se alargan.

La risa se duerme en la mirada que sueña,
en el sol que las nubes no dejan pasar,
en la fina lluvia que cae llorando,
en el viejo otoño agotado.

Ser y no ser,
caminar sin moverme,
pensar sin sentir,
sentir para no pensar.

Ahora veo todo como hojas,
que vencidas  en el suelo,
se dejan arrullar
por las gotas.


miércoles, 9 de noviembre de 2016

Busco

Busco lo que no sé,
un rayito de luz,
un por qué,
una pequeña imagen.

Una luciérnaga de abril,
un chaparrón de agua,
una rosa blanca,
un remanso de paz.

El cielo de un atardecer,
un sol que se niega a desaparecer,
una luna de plata,
una noche estrellada.

Busco lo que no sé,
un beso de ayer,
un abrazo de "te espero otra vez",
una roja hoja de otoño.

Busco....
busco...
...lo que no sé.


Deja

Deja que me descuelgue de la rama
con un último aliento mojado,
húmedo de esperanzas grises,
de esperanzas ensobrecidas por la ausencia.

Deja que te cuente, que te diga,
que te explique a qué sabe la distancia,
cómo son los días de lluvia en lejanía,
como se siente el otoño en vacío.

Es como una palabra que no se dice,
y de todos modos sale de los labios,
se eleva y se pierde entre giros de hojas rojas
que el viento va tumbando de la rama.

Se parece a un río de sangre que fluye
desde el centro del corazón,
donde se hayan clavados recuerdos, memorias, besos
y la última sensación de piel
cuando las manos se dijeron adiós.

Nadie lo puede sentir igual,
todas las distancias son distintas,
unos  la sienten más y otros menos,
las memorias y el amor también.

Déjame que te cuente a qué saben mis lágrimas,
a gotas de otoño, a lluvia clara,
a viento gris, a sangre roja.
A simple dolor que se queda.

Deja que te explique....
...deja.



















sábado, 5 de noviembre de 2016

Sólo a veces

Quisiera retroceder el tiempo,
jalando los hilos del pasado,
enrrollando la madeja,
traerlo al presente.

Quisiera poder ver de nuevo el ayer
con los ojos de hoy,
con las experiencias de ahora,
con las vivencias y memorias.

Quisiera haber dicho palabras justas,
de esas que llenan el alma,
palabras que perduren por siempre
en el corazón de quien las escucha.

Quisiera regresar atrás,
tener 18 años de nuevo,
mirar la vida con sabiduría,
deshacer el camino, recoger errores.

Quisiera ser la que fui
pero como soy ahora,
volver y re-hacer, re-crear,
aprender del futuro.

Quisiera, sólo a veces....
....quisiera.


5 de noviembre - raíces

Hoy es sábado y es uno de esos días que tiene una mañana nublada, el cielo blanco se extiende como un manto impenetrable, como escondiendo trozos de azul celeste, escondiendo al sol también, que por momentos lucha por asomarse dejando pasar su tibia luz.
El otoño me suele arrullar con sus hojas amarillas, rojas, naranjas, marrones, que vuelan sobre mi cabeza cayendo al descuido sobre el suelo.
Por momentos quisiera captar con mi cámara el instante en que alguna cae, pero pasa rápido.
Así se me antoja la vida, hecha de instantes cortos, fugaces, que cuando los vamos a atrapar ya han pasado. Es como esas hojas de otoño que van desprendiéndose con el viento, dejando la rama pelada y sola.  Así van desprendiéndose mis sueños, mis recuerdos, mis memorias, aladas, que vuelan, van y vienen, viajan a tiempos remotos y regresan trayendo en sus manos un poco de consuelo, uno roto, lleno de ausencias.
Y en cada viaje interminable en segundos, mis memorias van y vienen, llenas de sonrisas a veces, llenas de lágrimas otras, de abrazos de despedida, de palabras de aliento y esperanza, de "Te quieros" y de "Pronto nos veremos", mientras el tiempo alarga sus horas evaporándose en la nada esos viajes interminables.
En el corazón dividido vive la esperanza eternamente, cada mañana se sienta junto a la ventana y observa, espera, y mientras el tiempo de un encuentro llega, ella teje versos, escribe cuentos, hila historias, desgrana letras, letras que se echan a volar desordenadas por la ventana, por esa ventana abierta en un  cinco de noviembre, uno de otoño, uno de cielo blanco y extendido, uno de recuerdos y de raíces firmemente arraigadas en un suelo tropical, más allá del Atlántico, pero también lleno de esperanzas, esperanzas que como hojas rojas de otoño, se dispersan en un cielo belga.



jueves, 3 de noviembre de 2016

Desafio

La alta torre de ladrillos su rosto asoma,

despuntando en el cielo su techo en pico,
se posan aves negras en sus barandas,
allí muy quietas permanecen oteando
un destino, un nuevo vuelo.

¿A quién has mirado al caer la noche?
Debajo de tí pasan personas,
caminando  de prisa, pensando en el reloj,
horas  que pasan lentamente.

Torre de agua, torre lejana,
tienes en tu rostro dibujadas
varias ventanas.
Por ellas quizá alguien se asome una mañana,
el que sube a cuidar que todo marche,
el que revisa tus entrañas.

Y así lentos y pesados pasan los días
yo escribiendo mientras te veo y
tú irreverente desafias al tiempo.