sábado, 31 de diciembre de 2016

La risa del corazón roto

Admiro a las personas que teniendo el corazón destrozado sonríen y muestran felicidad. Yo no puedo hacerlo, soy de las que vive plenamente los duelos y los procesos de vida, para así asegurarme de que cuando pasen, pasarán para siempre. No hay nada peor que enmascarar los dolores, aunque el intento de hacerlo sea sincero.
Y es sólo mi opinión muy personal, nada más.
El corazón roto por más que dibuje una sonrisa, seguirá estando roto hasta que se le conceda el tiempo de duelo para sanar. Los duelos son necesarios para limpiar el alma de las penas.
Algo que he aprendido en estos últimos meses del año es a mostrarme cómo me siento. Si estoy mal, si estoy bien, si estoy nostálgica, alegre, abatida, triste, no importa la emoción que sea, la que sienta será la que muestre, es parte de ser yo misma, de sentir que voy evolucionando en la medida en que me atrevo a ser como soy.
Definitivamente quiénes me aprecien me aceptarán como soy, y los que no, tienen las puertas abiertas para salir de mi vida.
La auténticidad tiene que ver con ser quiénes somos, cómo somos y con lo que sentimos. Es como esas flores que aunque por momentos, pierdan el color, siguen siendo hermosas y radiantes.
La próxima vez que me descubra dibujando una sonrisa con el corazón roto, la borraré inmediatamente y dejaré mi rostro sin expresión, atravesando el dolor hasta que sane.




jueves, 29 de diciembre de 2016

Desde la Navidad


Me he dado cuenta que este año la celebración comercial de la Navidad, para mí, va perdiendo sentido.
Me siento saturada de tantos mensajes navideños por las redes, es algo que llega un momento en que cansa, al menos a mí.
Y no tengo nada en contra de quiénes la celebren y la disfruten, yo lo hice durante mucho tiempo. Pienso que es algo que va viniendo con los cambios, con la madurez y quizá con las experiencias de vida.
Me gusta el espíritu navideño pero no me gusta la saturación del mismo. 
De poner un arbolito grande, pasé a uno muy pequeño de mesa y menos adornos. Lo que sí no dejo de poner cada año es el Pesebre, es una tradición que vengo haciendo desde hace años y me gusta.
Lo que me agrada de analizar todo este cambio es que, veo que cada vez más, dejo de darle peso a cosas que antes me parecían imprescindibles.
Para mí es un signo de evolución.
Feliz 2017 para todos.


miércoles, 28 de diciembre de 2016

Voces, Vocales, Sílabas y Píxeles

Cuando pienso en mis amigos que no conozco en persona, me siento profundamente agradecida por 
tenerlos. Y sobre todo con aquellos con los que me relaciono todos los días a través del teléfono o de las redes.
Si me hubieran dicho hace años atrás, cuando no usabamos las computadoras ni los teléfonos móviles, que tendría amigos que nunca habría abrazado en persona, pero que llegaría a quererlos como a cualquier otro amigo presente y cercano, no lo hubiera podido entender.

Los cambios y el rápido evolucionar de la tecnología nos acercan a personas que jamás hemos visto pero que aprendemos con el tiempo y el trato, a apreciarlas y a estimarlas con sinceridad.
Puedo decir que mi vida está llena en estos momentos de esas amistades, muy al contrario de lo que era en tiempos pasados, que estaba llena de amigos presentes y cercanos.

Cuando emigramos a otro país, habiendo dejado atrás a nuestra familia y a los amigos de toda la vida, comenzamos a hacer lazos de unión con amigos que a través de las redes se nos acercan y nos ofrecen un abrazo, un apoyo, nos dan su cariño y su compañía.
Son amigos que hacemos a través de las redes, a los que nunca hemos abrazado o con los que nunca nos hemos tomado un cafecito, o mantenido una amena charla en la cocina de la casa o en el porche. Amigos que pueden vivir en Noruega, en Argentina, en España, en Estados Unidos o  en cualquier país del mundo.

En mi caso puedo decir que soy muy afortunada de tener a estos maravillosos amigos a los que respeto y aprecio de corazón, sólo con verlos en fotos, por escuchar sus mensajes por Whatsapp o de escribirme con ellos por Facebook o por correo electrónico. Tengo amigos desde hace años, "amigos virtuales" que he conocido años atrás, cuando llegué a vivir a Bélgica y hoy, aún, los mantengo. Y han sido ellos, los que me han sostenido en muchos de mis días bajos,  los que me han animado, los que me han acompañado y me han robado sonrisas, y a los que yo también he correspondido y correspondo.

Hoy quiero agradecerles especialmente,  a ellos, a los que no conozco, a ellos, los que están en las letras que leo, en los mensajes que escucho, a ellos, que son voces, vocales, sílabas y píxeles.

A ustedes queridos amigos en la distancia, a ustedes a quienes siempre digo: "Algún día nos tomaremos un cafecito, o algún día nos daremos un abrazo o nos reíremos juntos de cualquier tontería", y aunque el tiempo pasa y eso pudiera no suceder, sigue estando en mi mente esa posibilidad remota que pudiera muy bien convertirse en realidad.

No debemos desestimar a las amistades porque no estén de cuerpo presente, porque vivan lejos o porque no las conozcamos en persona. La palabra escrita y  hablada tiene una maravillosa fuerza que trasciende todo, espacios, abismos, crea puentes de letras, de pensamientos, de cercanías, en medio de píxeles que enlazan y entre chips y circuitos que encadenan sentimientos, sinceridad, auténticidad y sobre todo amor.

Decía Cicerón: ¿Qué cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo? Una frase muy cierta porque pareciera que al no estar viéndonos a la cara, nos sentimos más confiados para poder hablar con el amigo en la distancia, sin ningún tapujo o pena.

Y es el amor la fuerza que todo lo concatena,  la que hace posible que lleguemos a querernos los unos a los otros, es el amor que no necesita de cuerpos ni de roces de pieles, ni de abrazos. El amor que fluye y se libera porque es una esencia, esencia espiritual que vuela, flota sobre las nubes, surca espacios, distancias,  inmensidades, universos y enlaza corazones.

"La amistad no depende de cosas como el espacio y el tiempo", dice Richard Bach.

Yo completaría diciendo: La amistad es ese sentido de compartir esencia, luz y amor.

Del otro lado del mundo me llegan voces, vocales, sílabas y píxeles que me acompañan, con amor, en cada amanecer.




domingo, 18 de diciembre de 2016

Agónica

Y en ese instante sintió cimbrar todo en su interior,los planetas que hasta ahora se habían sostenido gravitando comenzaron a descender desde su órbita cayendo despacio, lentamente, resbalando despacio contra sus húmedas paredes rojizas como cielos en despedida, hasta llegar al suelo deshechos en diminutos trozos.
Una expresión agónica se elevó recorriendo su interior, subiendo por su garganta hasta llegar a su boca que abierta, sólo pudo emitir un sonido pausado, sentido, profundo, que cayendo desmayado sobre su lengua puso fin al placer.


martes, 13 de diciembre de 2016

Desfile

Tu imagen se cuela en la noche,
ojos oscuros estrellados titilan en mi mente
y tu boca dibuja una sonrisa que me contiene,
una sonrisa que besa en la distancia.

Desde que no estás se ha ensanchado el cielo,
la luna se ha vestido de nostalgia y ha cerrado 
sus párpados de duelo, de ausencia, de vacío.
Luceros perdidos han detenido su historia, encontrándose.

Regresas despacio, sin presencia, sin cuerpo,
sin palabras, sin versos, sin pluma ni papel,
se enredan en tus manos mis letras que te 
claman, que se visten de ti y salen a desfilar
en un universo denso y oscuro, infinito,
donde estrellas sonríen sin parar.


sábado, 10 de diciembre de 2016

Bucólica de abril

La montaña reverdece en abril,

el viento sopla despacio entre
nenúfares dormidos.

La cosecha es ahora plena,
el trabajo al final da sus frutos,
cansada me siento a ver soplar el viento.

Esta noche saldrá la luna y juntos
brindaremos en honor de la cosecha,
hasta que cante la grulla,
hasta que el sueño nos venza.


jueves, 8 de diciembre de 2016

El último mes

Todo se ha quedado en silencio,
el aire se ha convertido en tiempo,
el tiempo detenido en recuerdos,
instantes, memorias.

Todo un largo camino recorrido,
un mirar atrás y sentir que la vida
va dejando a su paso otoños fríos,
viento y calma, soledades.

Me parece mentira que seas un recuerdo,
uno sólo, uno único, uno....mío.
Un recuerdo que tiene rostro y sonríe
al mirarme desde lejos, desde lo alto.

El último mes ha llegado,
gris, pálido, cansado.
Se viste de rojo, de luces, de cantos,
se sienta y espera, y yo con él.


miércoles, 7 de diciembre de 2016

Gotas distraídas

La piel al aire, fresca y tibia,
recorren mis letras hojas sueltas,
desde el cielo gotas caen distraídas.

No se han ausentado las penas,
ni han marchado lejos las alegrías,
permanecen eternas y escondidas.

Alzan el vuelo blancas gaviotas,
graznando cuentan breves historias,
de letras, de penas, de almas desnudas
y abatidas.